jueves, 15 de octubre de 2015

Ultra Trail Guara Somontano: entorno de película.


Sábado 3 de octubre de 2015. Se trataba del último Ultra programado para mi temporada 2015. El año pasado ya quise hacerlo, pero las plazas estaban agotadas cuando quise inscribirme. A mi lo de las listas de espera no me va. Este año lo incluí con el objetivo de clasificarme en la Spain Ultra Cup (SUC), seria mi tercer ultra del circuito, y con él optaría a formar parte de la "manada de lobos ibéricos". Sin embargo, ese incentivo ya no estaba presente cuando acudí a Alquezar para tomar la salida del Ultra Trail Guara Somontano UTGS, ya que una esguince grado II me dejó fuera del GTP 2015 en el kilómetro 55, segundo Ultra del circuito después de haber sido Finisher del primero de los seleccionados para mi calendario, el CSP118 de Penyagolosatrails.

Con un poco de falta de motivación es como acudí a la cita, durante las semanas previas, que ya me notaba un poco cansado por una temporada bastante larga, me mentalicé en salir a disfrutar en el UTGS, nada más, el paso de los kilómetros me iría pidiendo como afrontarlo.

Barrancos increíbles.
03:00 horas de la madrugada suena el despertador. Me levanto y bajo desayunar, el hotel había habilitado un desayuno para los corredores que nos alojábamos en él, con lo que pude tomar café caliente, cereales con leche, unas tostadas con jamón de pavo y queso y un zumo de naranja. Después del copioso desayuno volví a la habitación para llevar a cabo mi ritual de siempre, proteger los dedos de mis pies con esparadrapo uno a uno y aplicarme crema antirrozaduras en pies, axilas e ingles y vestirme para la ocasión tranquilamente. La mañana amanecía fresca, sin embargo me puse tan sólo una camiseta de manga corta termo-regulada de SportHG 8020 que me encanta por como se ajusta, transpira y evacua el sudor, y manguitos también de la marca. Pantalones Salomon S-Lab EXO Twinskin Short de reciente adquisición, pantorrilleras Hoko Shimai y calcetines Compressport Pro Racing Socks V2Trail. Cinta para cabeza Salewa Fast Wick Dry Headband Reef, frontal Petzl Tikka XP2, Mochila Raidlight Olmo20 con todo el material obligatorio. Zapatillas Sportiva Ultraraptor y bastones.

Concentrado en el terreno...
A las 05:30 salgo del hotel y me voy a la zona de salida a dejar la bolsa para la base de vida del Rodellar, kilómetros 45 aproximadamente del recorrido, donde llevo una camiseta de recambio, calcetines, unos geles, visera y las New Balance Leadville V2 de recambio por si acaso. La mañana es fresca pero agradable, al parecer vamos a tener suerte y el tiempo nos va a acompañar y las tormentas que se preveían días anteriores parece que no van a visitarnos.

A las 05:45 nos llaman al control de chips para ir accediendo al cajón de salida. En esta ocasión no hay control de material previo, pero sí avisan que se podrá realizar en cualquier punto del recorrido. Me parece una buena manera de no ralentizar la salida y sin embargo prevenir que alguno quiera dejar material obligatorio antes de la salida. Si bien a mi no me realizaron control alguno durante la carrera si comprobé que aleatoriamente lo realizaron a algunos corredores en los puntos de control.

A falta de 5 minutos Salva Rambla no ameniza los minutos previos con el himno del UTGS para dar paso seguido a la cuenta atrás y lanzamiento del cohete que puso en marcha la prueba alas 06:00 horas.

Saliendo de Alquezar después del primer bucle.
Los primeros 14 kilómetros son un bucle que se hace al sur de Alquezar, que nos lleva en plena noche aún en descenso por barrancos espectaculares iluminados por nuestros frotales, cruzar la localidad de Asque y dirigirnos, ahora ya hacia arriba, de nuevo hacia Alquezar con las primeras luces del alba para transitar por la zona conocida de "las pasarelas". Un tramo increiblemente bello que nos conduce por paredes verticales colgados sobre el vacío por pasarelas metálicas o de madera pegadas a la roca para realizar un recorrido inolvidable y espectacular. Al llegar a Alquezar nos espera nuestro primer avituallamiento. Donde después de tomar un trozo de plátano y un poco Coca-Cola continúo la marcha cruzando la localidad en ascenso para dirigirnos ahora ya hacia el norte en busca del punto más alejado del recorrido, Bellostas.

El tramo desde Alquezar hasta el collado a la ermita de la Viña, donde se ubica otro punto de control y el segundo avituallamiento, de unos 12,5 kms, se realiza en el primer tramo en ascenso, al inico por cañones para posteriormente salir a un tramo corto de pista y enlazar con senda. A pesar de estar un tanto cubierto a primera horas de la mañana las vistas son espectaculares en la parte alta, viéndose perfectamente marcados los cañones del río Vero. Iniciamos descenso hacia el fondo del barranco, donde cogemos el sendero del Somontano que asciende hasta el collado a la ermita de la Viña. En este punto volvemos a iniciar el ascenso hasta llegar al collado, donde se ubica el punto donde se desvían las distintas pruebas, trail y long trail continúan ascenciendo, el ultra trail cruza la pista que nos encontramos y continúa por el camino del Somontano.

Crestenado.
Toca de nuevo descenso, precioso, por zona propia para la práctica del descenso de cañones, y por donde cruzamos varios afluentes del Isuala por zonas de gran belleza. En el recorrido hay varios ascensos cortos, pero la tendencia es siempre perder altura. Una vez alcanzada la cota más baja se retoma de nuevo el ascenso. En esta ocasión ya es un ascenso más serio y prolongado, aunque en su mayor parte es por pista, con control y avituallamiento en el Collado de las Almunias, la parte final se realiza por senda, que enlaza en su parte alta con una zona de cresteo hasta iniciar un descenso vertiginoso y complicado que nos llevará hasta El Rodellar, donde está la bse de vida y las bolsas que hemos depositado antes de salir con nuestro material, kilómetro 45 aproximadamente.

Completamente apajarado antes de Otín
En la localidad de El Rodellar hay un avituallamiento fuerte, con ensalada de pasta que al verla se me hace la boca agua y decido tomar un plato. No me percato de que lleva aceitunas troceadas, y a la larga es lo que al parecer le provocó un mal rato a mi delicado estómago en los kilómetros posteriores. Me hidrato bien, tomo un par de rodajas de sandía. Relleno bidones con isotónico y agua.Me quito la cinta de la cabeza y la cambio por la visera, hace sol y calor. Cojo los geles que había dejado en la bolsa para reponer los consumidos y continúo.

Abandono El Rodellar y toca un nuevo ascenso duro, donde el calor castiga y lo hace más complicado. Yo comienzo a notar el estómago pesado y duro, siento que no trabaja. La zona es espectacular, bellísima, transitando a media ladera de cortados rocosos por zonas de cañones y buscando el collado que nos dirija de nuevo al fondo del barranco por un descenso igualmente espectacular. Uno no puede dejar de mirar de un lado al otro tratando de no perderse nada de el entorno, es un regalo para la vista, impresionante. Al llegar al fondo del barranco cruzamos el cauce del Mascún y tenemos a nuestra derecha una de las vistas más espectaculares del recorrido. una formación rocosa a modo de ventana natural en lo alto conocida como "Defín".

Sigo apajarado...
Cruzando el barranco buscando el inicio de la siguiente ascensión dura siento una pesadez extrema en el estómago y el comienzo de debilidad. No digiero lo comido y me estoy quedando sin reservas. Siendo debilidad... El calor sigue castigando, sudo bastante y no consigo beber con normalidad, tengo que hacerlo a pequeños sorbos si no quiero que mi estómago se convierta en una noria. Temo deshidratarme, ya que la subida, en mis condiciones se me está haciendo muy dura. Voy tirando de la septima chica, le indico que me pase para no entorpecerla, pero me dice que va bien, que mi ritmo es bueno y no quiere forzar. Así es como transito un tramo de ascenso que se me hace larguísimo. en varias ocasiones comentamos la dureza de este tramo. Sabemos que el siguiente avituallamiento, Otín, no debe estar lejos, pero es que las rampas por senda estrecha y revirada toca mucho las piernas. En el perfil, el pueblo abandonado de Otín parece estar a media subida, sin embargo es la pendiente de la misma la que nos da una visión poco exacta y es en el tramo alto donde se ubica. Cuando la pendiente suaviza es cuando Elena me pasa porque lleva piernas para trotar, yo estoy extenuado, no llevo nada de "gasolina", estoy vacío y lo único que porto es un pajarón descomunal. A pesar de todo consigo ir haciendo camino al paso ligero, es una lástima porque la zona se presta a trotar. Cruzo Otín y en breve llego al avituallamiento.

Uno de los pasos con encanto natural.
Veo una silla vacía y me siento, voy roto, descompuesto por el estómago. Trato de beber un poco de Coca-Cola, suele venirme bien cuando mi estómago no trabaja. Imposible comer nada, mi estómago está completamente cerrado. Decido esperar un poco sentado a ver si mejora mi estado, pero pasados 15 minutos sólo siento nauseas y la vista nublada. Un chaval está esperando a que llegue el coche que saca del lugar a los corredores que abandonan, en ese punto ya van 3, él será el cuarto, debido a un esguince en el tobillo que le impide caminar con fluidez. Yo comienzo a valorar la retirada. Intento tomar unas almendras pero sólo consigo que se me hagan una pasta en la boca, reseca, estoy algo deshidratado. Pienso en esperar a que llegue el vehículo para extraer al compañero y abandonar, me veo muy flojo y con el estómago que no se alivia. Transcurrida una media hora desde mi llegada al avituallamiento de Otín llega el vehículo que sacará al compañero lesionado y en mi cabeza se produce un "click" que me saca de mi estado de abandono... Mi estómago sigue exactamente igual que cuando llegué, no he sido capaz de comer nada, he conseguido sólo beber un vaso de Coca-Cola y algún sorbo de agua, y no sé realmente como pero fue un resorte el que me hizo colcoarme de nuevo la mochila, la visera, levantarme de la silla y empezar a bastonear con un objetivo muy claro, llegar a Bellostas cueste lo que cueste, por delante unos 14 kilómetros para buscar recomponerme o abandonar definitivamente. Lo que estaba seguro es que me tocaría sufrir.

Impresionante la naturaleza. "Defín".
Próximo objetivo cercano el control y avituallamiento líquido de Letosa, 5 kilómetros y a otros 7 Bellostas. No recuerdo bien que tramo de los dos era, pero es en este tramo donde se pasa por una zona espectacular, con unas vistas impresionantes, se transita por la zona alta de los cañones, por zonas de roca horadadas por la erosión de mies de años que han dibujado un sendero natural a mitad de paredes verticales de roca. Tramos realmente bellos, increíbles, que te dejan con la boca abierta, en los que sientes que estás rodando por zonas privilegiadas de la naturaleza. Un tramo que me ha enamorado, que quiero volver a transitar, donde se escucha el silencio si como yo, tuve ocasión de hacerlo en solitario. Y así fue como recorrí los 14 kiómetros hasta llegar a una pista que nos acercaba a Bellostas, kilómetro 66 de carrera y punto más alejado de Alquezar.

Avituallamiento completo, con caldo caliente. Fue en los últimos 2-3 kilómetros antes de Bellostas donde empecé a notar que mi estómago se recuperaba, los ansiados eructos y gases provocados por el trabajo del estómago me daban ánimos antes de llegar. Puede parecer ordinario, o de mal gusto, pero cuando estás en este tipo de pruebas de ultra resistencia valoras detalles que de otro modo podrían provocarte desagrado, si, si... Cuando oigo como un compañero suelta un fuerte eructo a mitad del recorrido me alegro por él, es señal de que su estómago trabaja, que sigue en marcha. Y cuando comencé a sentirlos propios mi estado de ánimo se renovó. Así fue como al llegar a Bellostas, y con prudencia me avituallé con un caldo caliente, un trozo pan con jamón y un trozo de plátano.

Recuperando sensaciones.
Mi parada fue breve, no quería detener mi metabolismo y arriesgarme a enfriarme y volver a complicar mi estado. Así que que en menos de 10 minutos estaba saliendo de Bellostas y hablando por teléfono con Pili para informarle de como estaba, que estuviese tranquila y de que mi tiempo de carrera era mejor incluso de lo esperado a pesar del contratiempo de los últimos 14 kilómetros.

Por delante 10 kilómetros en contínuo sube y baja pero con tendencia clara de ascenso hasta el Collado de Pedro Buil, techo de carrera y donde me planteo un objetivo a corto para motivarme. Llegar al control antes de hacerse de noche y tener que sacar el frontal. Se que voy a andar muy justo, pero creo que es posible si me motivo y me exijo un poco. Mi estómago parece haberse recuperado, consigo trotar por la senda a pesar de ir con tendencia hacia arriba, voy cogiendo fuerzas, me voy sintiendo bien. Consigo mi objetivo y corono en el collado con las últimos rayos de luz antes de echarse la noche encima.

Tengo silla libre en el avituallamiento, así que me dispongo a hacerlo rápido pero cómodo. Me quito la mochila, y mientras me como unos frutos secos y un par de gominolas, saco un camisa de manga larga 2ª capa que me pongo sobre la de manga corta y los manguitos. No quiero ponerme el cortavientos porque sino preveo que sudaré en exceso y a la postre me dejará frío. Me quito la visera y saco una cinta para la cabeza. Me coloco el frontal que ya sí es necesario y sin entretenerme más salgo del avituallamiento para afrontar los últimos 20 kilómetros.
Perfil de la prueba.

Por lo que comentan por delante queda un tramo largo de pista hasta mitad de descenso, Efectivamente, si bien al inicio es un falso llano con tendencia hacia arriba durante unos 2 kilómetros, luego se torna un descenso rápido y relativamente cómodo. Con varios tramos hormigonados por zonas de fuerte pendiente hasta llegar a una curva a mitad del descenso donde tomamos una senda amplia a la derecha y que nos pone de nuevo en subida, corta, pero que toca las piernas después del descenso trotando y donde las cuádriceps ya comienzan a quejarse.

Finalizado el tramo en ascenso por delante un nuevo tramo de descenso igualmente por pista rodadora hasta salir de esta e iniciar un tramo muy complicado de dos toboganes duros. Subidas bastante fuertes aunque cortas seguidas de sendos descensos por tramos técnicos y complicados por senda muy estrecha, tremendamente rota o cuando no por zona rocosa de complicado tránsito. Y así es como se llega al punto más bajo para volver a ascender suavemente hasta Radiquero, último control y avituallamiento.


Me faltan poco más de 5 kilómetros a Meta, aquí la sonrisa de Finisher ya se deja ver en los rostros y nos permitimos ciertas licencias. hay chocolate caliente, y aunque se que no es lo mejor para mi maltratado estómago me permito el capricho y disfruto tomándolo. No voy a comer nada más, con lo que me he podido ir avituallando por el camino, a pesar de que me a costado ingerirlo, sé que me basta para llegar.

Salgo de Radiquero hablando por teléfono con Pili, le digo que sólo me falta algo más de 5 kilómetros, que 2,5 son en subida y el resto en descenso. Por el marido de una chica que ha conocido y que ya ha termiando me dice que que me costará cerca de la hora, aunque yo le digo que mi intención es hacerlo en un máximo de 45 minutos. Me he puesto mi último objetivo y quiero hacerlo exigiéndome un poco. Así que estaré en meta antes de la 1 de la madrugada. Al colgar el teléfono comienzo a bastonear antes de trotar, pero me doy cuenta de que no veo marcas por la pista asfaltada por la que he salido de la localidad. Sigo unos cientos de metros pero sigo sin ver cinta alguna, por lo que decido volver sobre mis pasos hasta buscar alguna marca, creo que voy mal...

¡¡¡Finisher!!!
Unos cientos de metros después me alcanza un vehículo forestal donde van algún miembro de la organización y le pregunto, me confirma que me he desviado del recorrido y me he saltado un desvío a la derecha al salir del pueblo. Un pequeño contratiempo que me hace perder unos minutos de oro para conseguir mi objetivo.

Llego a la bifurcación que me he saltado y retomo el recorrido bueno, un corto tramo de subida dura de poco más de 300 metros y salgo a una pista de piedra por la que se puede rodar, con lo que inicio el trote que no tengo intención de detener ya. Paso a 5 ó 6 corredores que ascienden caminando, me da un punto de motivación porque veo que voy "fuerte", que consigo mantener el rimto. Corono en la parte alta, donde tras un giro de pista a la derecha comienzo el descenso, igualmente por pista pedregosa, pero ya claramente hacia abajo. A falta de 1,5 kilómetros de meta aproximadamente alcanzo al grupo donde van los médicos, es un grupo de 4, dos médicos, una chica llamada Lola y otro chico. Miro el reloj y veo que voy sobrado de tiempo para conseguir mi objetivo, por lo que decido llegar a Meta con este grupo, que charlan animosamente y desciende a trote suave.

La mejor de las recompensas...
Último tramo dedescenso complicado justo antes de llegar a Alquezar, de unos 500 metros, con bastante pendiente y de roca muy rota. Accedemos a las calles del pueblo y ya huele y suena a Meta, los 4 chicos nos dejamos caer hacia atrás para dejar entrar sola a Meta a Lola, es la 8ª chica, y bien se merece una entrada en solitario, el resto lo hacemos a bulto unos segundos después. Mi gran sorpresa es ver justo pasar el arco de Meta a Pili esperándome... ¡¡¡Qué subidón!!! con una sonrisa en la boca como siempre me recibe con un abrazo y un beso... ¡¡¡Ese es de verdad mi mejor premio!!! Unas fotos con el fondo del cartel de Finihser, me entregan la medalla correspondiente y me voy con Pili a tomar un café caliente en una de las terrazas junto a la zona de Meta.

Medalla Finisher... Bien trabajada.
Tiempo final 18:43:41 horas. Puesto de la general 128 de 207 Finishers (350 inscritos) y en Categoría Veteranos1 puesto 55 de 93 Finishers. Muy contento por el resultado y sobre todo por haber podido ser Finisher cuando en el kilómetro 55 aproximadamente había valorado muy seriamente el abandono por un problema serio con el estómago. Una vez más he sido capaz de tirar para adelante ante la adversidad y los problemas serios. La cabeza, como siempre digo, en este deporte es un 70% del resultado final, nunca menospreciéis la capacidad de vuestra mente.

A modo de conclusión sobre el recorrido: ¡¡¡Espectacular!!! Todo ultrero ha de recorrer este itinerario propio de película. Un sólo pero... ¡¡¡os vais a hartar de piedras!!! Se hace duro el recorrido porque hay piedras por doquier... No os aburriréis no... Buena organización, buena señalización, buenos avituallamientos y unos voluntarios que se vuelvan con los corredores... ¡¡¡Gracias, sois fantásticos!!!

Toca recuperar, parada fin de temporada, y comenzar suavemente la pretemporada con sesiones de fuerza, que el 2016 va a venir cargadito de objetivos y muy tempranero, pero eso os lo contaré en una nueva entrada.